Las pruebas de aceptación son definidas por el usuario del sistema y preparadas por el equipo de desarrollo, aunque la
ejecución y aprobación final corresponden al usuario.
Estas pruebas van dirigidas a comprobar que el sistema cumple los requisitos de funcionamiento esperado, recogidos en
el catálogo de requisitos y en los criterios de aceptación del sistema de información, y conseguir así la aceptación
final del sistema por parte del usuario.
El responsable de usuarios debe revisar los criterios de aceptación que se especificaron previamente en el plan de
pruebas del sistema y, posteriormente, dirigir las pruebas de aceptación final.
La validación del sistema se consigue mediante la realización de pruebas de caja negra que demuestran la conformidad
con los requisitos y que se recogen en el plan de pruebas, el cual define las verificaciones a realizar y los casos de
prueba asociados. Dicho plan está diseñado para asegurar que se satisfacen todos los requisitos funcionales
especificados por el usuario teniendo en cuenta también los requisitos no funcionales relacionados con el rendimiento,
seguridad de acceso al sistema, a los datos y procesos, así como a los distintos recursos del sistema.
La formalidad de estas pruebas dependerá en mayor o menor medida de cada organización, y vendrá dada por la criticidad
del sistema, el número de usuarios implicados en las mismas y el tiempo del que se disponga para llevarlas cabo, entre
otros.
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